Los musulmanes mirando hacia adentro: El asunto de debate entre musulmanes
Peter Riddell es profesor de estudios islámicos y director del Centro para Estudios Islámicos y Relaciones Cristianas Musulmanas en la Escuela de Teología de Londres
El desafío mundial de Islam está en las noticias cada momento, y los pastores necesitan poder involucrarse en él reflexivamente. A través de tres artículos, espero dar luz sobre estos asuntos. El primero considerará los factores internos del Islam-los asuntos y debates que se están dando entre los musulmanes mismos. El segundo evaluará como los musulmanes miran hacia el exterior-la perspectiva que los musulmanes tienen de los no musulmanes, especialmente los occidentales y cristianos. El tercero tomará el punto de vista reverso-como los cristianos pueden, hacen y deben examinar el Islam desde afuera.
La comunidad mundial del Islam es igual de diversa que el cristianismo mundial. Hay varias formas de categorizar la diversidad Musulmán: según la raza (Ej., musulmanes árabes, musulmanes africanos de varios grupos, turcos, iraníes y malienses); según grupos nacionales (Ej., indonesios, chinos, pakistaníes, iraquíes y egipcios); según las sectas (Ej., Sunnis, Shi’as y Isma’ilis).
A fin de comprender mejor las respuestas musulmanas al mundo moderno, es particularmente útil dividir a los musulmanes de acuerdo a su perspectiva de las sagradas escrituras y la ley. Algunos ven a estos escritos como eternamente relevantes a todas las áreas de la vida, mientras otros las ven como atadas al tiempo en parte, con algunas secciones que ya no tienen nada que ver sobre la vida moderna. La distinción básica es entre el literalismo bíblico por un lado y un involucramiento basado en la razón con el texto sagrado y la ley por otro lado.
Desde ésta diversidad fluyen diferentes actitudes hacia el pluralismo, en dos niveles—pluralismo dentro de la comunidad musulmán y el pluralismo hacia afuera, concerniente a otros grupos religiosos. Yo regresaré al segundo pluralismo en mi segundo artículo. En cuanto al primero, los musulmanes han estado razonablemente cómodos con la diversidad racial/étnica (aunque muchos se contarían “más árabes” en su vestimenta, formulación del lenguaje, etc., como “más islámicos”). Sin embargo, ellos no han lidiado bien con la diversidad ideológica. Los grupos en competencia no han estado contentos de vivir con diferencias, sino más bien han buscado establecer, por todos los medios aceptables, centros de autoridad que acaban con la oposición. En este contexto, los musulmanes no han desarrollado el tipo de tradiciones democráticas entendidas en el occidente. Y el intento por imponer valores occidentales, tales como aquellos que Kemal Atatürk de Turquía levantó contra los Sunnis en 1924, se han topado con una amarga oposición.
Hoy, algunos Sunnis miran a la Universidad Al-Azhar en el Cairo, la universidad islámica más antigua del mundo, donde la última autoridad yace en el gran jeque, actualmente Sayyid Muhammad Tantawi. Algunos musulmanes siguen a una persona erudita en vez de a una posición, Ej., Yusuf al-Qaradawi de Qatar, un egipcio expatriado graduado de Al-Azhar, conocido por su personalidad carismática y pericia del Islam. Aún otros favorecen a los revolucionarios, tales como Osama Bin Laden; ellos se impresionan más por las acciones directas que por la teologización elocuente. Además, el literalismo bíblico de los revolucionarios es mucho más lúcido para muchos musulmanes que las ofertas racionalistas del erudito. Estas divisiones de autoridad han, a lo largo de los siglos, resultado en muchas insurrecciones, rebeliones y asesinatos.
Los líderes musulmanes de inclinaciones más racionalistas buscan asegurar a las audiencias occidentales que la militancia radical islámica conlleva muy poco apoyo entre las comunidades musulmanas. Los hechos no apoyan este entendimiento. El alcance global del islamismo radical es evidente en el crecimiento exponencial de ataques terroristas, desde los ataques en Egipto, Israel y África. Y las encuestas muestran que, los ataques en Nueva York y Washington, Bali, Estambul, Madrid, Londres y Paris han recibido un apoyo sorprendentemente fuerte de muchos musulmanes.
Debemos notar que la violencia radical islámica no apunta solo a los no musulmanes. Ciertamente, los radicales han logrado desestabilizar comunidades musulmanes previamente estables-como Indonesia, Tailandia del sur, Turquía, Jordania y minorías en países occidentales-así también comunidades musulmanes previamente inestables-Afganistán, Pakistán y Egipto.
¿Cuáles con las causas principales de la violencia radical islámica? Algunos comentadores, tanto musulmanes como occidentales, insisten que el continuo conflicto israelí-palestino, exacerbado por la política exterior de los EEUU, es la causa central del terrorismo islámico. Otros, en su mayor parte los no musulmanes (con la excepción de valientes figuras musulmanas tales como Irshad Manji), insisten que la causa central de tal violencia yacen en los textos sagrados del Islam. Ellos observan que una similar violencia islamista ocurrió siglos atrás, mucho antes de que existieran Israel o los EEUU. Ellos lo conectan con periodos de debilidad musulmana en términos de poder mundial y argumentan que la teología islámica asume un dominio terrenal que debe ser mantenido, restaurado o extendido.
¿Cuál entonces es la respuesta hacia el islamismo radical de parte de musulmanes más modernizadores y liberales? ¿Acaso confrontarán los moderados a los radicales, o buscarán tener favor con poblaciones musulmanas a través de la retórica anti-occidental y por lo tanto experimentar una gradual radicalización ellos mismos? Considere el “moderado” Concilio Musulmán de Gran Bretaña, la cara pública del Islam británico en círculos de gobierno. Éste cabildea fuerte por los derechos musulmanes y está mucho más cómodo criticando a los de afuera que escudriñar a la comunidad musulmana en sí misma. Así que la pregunta naturalmente surge, “¿Cuán liberal es el Islam liberal?” La respuesta parece ser, “No mucho”.
Luego cambiamos nuestro enfoque desde los musulmanes mirando hacia adentro, hacia los musulmanes mirando hacia el exterior1 y consideramos perspectivas musulmanas sobre el occidente en general y sobre los cristianos en particular.